dijous, 11 d’agost del 2016

Intercambio de operaciones en cajeros

En el artículo anterior, se hacía un repaso sobre los aspectos más básicos a los que hay que prestar atención si tenemos un cajero y queremos que preste el mejor servicio posible. Mencionábamos también que no es lo mismo ir con mi tarjeta a un cajero de mi entidad, que ir a un cajero de otra entidad.

Identificación de tarjeta propia / ajenaUn cajero no puede ofrecer los mismos servicios a un usuario que es cliente de la entidad, que a otro usuario que no lo es. 

Un no cliente podrá hacer un reintegro, una consulta de saldo, y alguna cosa más. Y un cliente podrá hacer lo mismo, y acceder a más o menos servicios, dependiendo de lo avanzada que sea la aplicación de aquel cajero.

Por este motivo, cuando introducimos la tarjeta en un cajero, lo primero que se comprueba es si la tarjeta es propia (de la entidad del cajero) o es ajena (de otra entidad). El cajero es capaz de saberlo de forma sencilla.

En función de la respuesta, el cajero nos ofrecerá la operativa propia, con todos sus servicios, o la operativa ajena, con unos servicios limitados. Hay entidades que prefieren no invertir en los servicios que ofrecen sus cajeros. Estas entidades suelen tener pocos cajeros y ofrecen los mismos servicios más básicos tanto a clientes como a no clientes.

Mi tarjeta en cajero propio

Lo más habitual es que si uno es cliente de un banco, utilice los cajeros que ese banco pone a su disposición, siempre que sea posible. También es lo más habitual que el banco no cobre a sus clientes por las operaciones más habituales (reintegros / ingresos, extractos, etc...), asumiendo el coste que eso supone con el resto de comisiones, cuotas o márgenes comerciales que ya se obtienen del cliente por otros conceptos.
Operativa propia
Por otra parte, la gestión de una operación realizada por un cliente propio, es mucho más simple que la gestión de una operación de un no cliente. El cajero se comunica con el sistema informático del banco y allí se resuelve la operación, de forma similar a lo que sucedería si estuviéramos en la oficina, o conectados a Internet. La conexión es directa y es el propio banco el que autoriza la operación, sin intermediarios.

No siempre es exactamente así. Cada caso tiene sus particularidades. Se trata de una descripción de un caso general.

Mi tarjeta en cajero ajeno

El intercambio de operaciones interbancarias


Cuando introducimos nuestra tarjeta en un cajero que no es de nuestra entidad, iniciamos la operativa ajena del cajero. Normalmente será para realizar un reintegro.

Es evidente que el cajero no nos va a dar el dinero sin validar antes que la tarjeta es auténtica, que no haya sido robada o bloqueada, que tenga saldo suficiente... Y todo ello con las garantías de seguridad que a nosotros mismos nos gusta saber que existen.

La entidad (normalmente un banco) que le ha dado la tarjeta al cliente, se conoce como emisora. La entidad propietaria del cajero, se conoce como "adquirente" de la operación. Entonces, el adquirente deberá preguntarle al emisor de la tarjeta por su situación. Los bancos se comunicarán entre si a través de sus sistemas informáticos. Una posibilidad sería hacerlo de la manera que se muestra en la imagen sobre estas líneas.

Pero para saber si se puede autorizar la operación, el adquirente necesita resolver algunas dudas básicas:
  • ¿Quien es el emisor es la tarjeta? Normalmente será un banco.
  • ¿Cómo me comunico con el banco emisor? ¿Con qué protocolo de comunicaciones? ¿Cómo nos vamos a entender?
  • ¿Qué niveles de seguridad estableceremos en cada caso?
  • Algo interesante a tener en cuenta es ¿Qué comisión le vamos a cobrar entre los dos al cliente?
En definitiva, necesitamos que se establezca un diálogo entre el operador del cajero (adquirente) y el emisor de la tarjeta. Hasta la fecha, ambos son mayoritariamente bancos y a esta comunicación se la conoce como "intercambio" de operaciones.

El problema es que hay muchas entidades que emiten tarjetas. Todos los bancos del mundo lo hacen, y existen además entidades que emiten tarjetas financieras y que no son bancos, Algunas podrán operar en el cajero, y otras no.

Esta situación no es exclusiva de los cajeros automáticos. También los TPVs (Terminal Punto de Venta) de los comercios son propiedad de operadoras detrás de las que también suelen haber bancos. Es decir, es un circuito que no afecta únicamente a los cajeros.

Mantener esta comunicación con todas y cada una de las entidades emisoras, sería inviable. No solamente el banco azul del centro de la imagen tiene que comunicarse con el resto, sino que los demás (los que tengan cajeros propios) también deberán comunicarse entre si, cuando se dé la situación. Si no se adoptara una norma en este tipo de intercambio, al final sería ingobernable.

El Centro Autorizador

Para resolver esta complejidad y asegurar las comunicaciones seguras, es necesario que los bancos se pongan de acuerdo para crear una entidad con suficientes herramientas y criterio para autorizar o denegar operaciones. Se trata del Centro Autorizador.


Esta entidad elabora estándares de comunicación para que todos adquirentes / emisores hablen el mismo idioma. En este caso el protocolo utilizado para la comunicación se llama PRICE (Protocolo Integrado de Conexión de Establecimientos), que se aplica tanto en operaciones de cajeros como en comercios.

El Centro Autorizador no solamente se comunica con los bancos que están adheridos, sino que también resuelve las operaciones enviadas por terceras entidades. Por ejemplo, si sacamos dinero en un cajero de Londres, este Centro Autorizador será quien reciba la operación para resolverla y que podamos sacar dinero del cajero.

En un caso típico:

  • El Centro Autorizador recibe un mensaje del propietario del cajero (adquirente) indicando que una determinada tarjeta está solicitando un reintegro de una determinada cantidad de dinero en unas circunstancias "X" (tarjeta con chip, sin chip, contactless, teléfono móvil, etc...). Esta "X" no es ninguna tontería, ya que cada caso tiene un nivel de seguridad distinto y puede acabar por decidir  si se autoriza o no la operación,
  • El Centro Autorizador identifica quién es el banco emisor de la tarjeta (incluye la gran mayoría las tarjetas financieras del mundo) y le traslada esa petición.
  • El banco emisor responde al Centro Autorizador, básicamente con un si, o con un no. En este último caso se puede especificar el motivo (PIN incorrecto, falta saldo, tarjeta bloqueada, etc...)
  • Finalmente, el Centro Autorizador traslada al adquirente la respuesta del emisor de la tarjeta. Según sea el caso, el cliente recibe el dinero, o recibe un mensaje de denegación.

Todo esto es un caso generalizado. Como siempre, puede haber casos particulares en los que el circuito cambie. Esto pasa, por ejemplo, en el caso de que el Centro Autorizador no se pueda poner en contacto con alguna de las entidades.

En la mayoría de países del mundo hay un solo centro autorizador para todas las entidades gobernadas por su organismo regulador. Actualmente, bajo la supervisión del Banco de España existen dos centros autorizadores:

http://www.redsys.es/

Redsýs, que es una entidad a la que están adheridas las entidades de mayor tamaño bajo la supervisión del Banco de España.


Tiene una mayor cuota de mercado, que se ha visto incrementada después de las fusiones.



CECA, que representa a las antiguas cajas de ahorros, y que actualmente tiene un tamaño menor. Las distintas fusiones de los últimos tiempos han disminuido su intervención como Centro Autorizador en las distintas operaciones de intercambio.




Además, el Centro Autorizador garantiza que las operaciones se ejecuten en unas condiciones de seguridad óptimas. Los protocolos de comunicación, la encriptación del mensaje, o el cifrado del PIN son sólo algunos de los muchos temas que se tienen en cuenta a la hora de establecer comunicaciones seguras y mitigar el riesgo de fraude.

Al final de cada día, las entidades adquirente y emisora elaboran una relación de las operaciones que se han intercambiado para realizar las oportunas compensaciones en cuanto a pagos / cobros. A este proceso se le conoce con el nombre de conciliación.

Aunque sea poco popular decir esto, es evidente que mantener esta infraestructura tiene un coste y alguien lo tiene que pagar. Podemos discutir si sería más eficiente tener uno o dos centros autorizadores. Sin embargo es evidente que detrás de todo esto hay unos equipos técnicos y humanos que no son gratis.

Así pues, cuando decidimos utilizar un cajero automático que no es de nuestra entidad, estamos utilizando una serie de servicios que no necesitaríamos si el cajero fuera de nuestra entidad. Después podemos discutir si esos servicios cuestan más o cuestan menos. Quizás en una próxima publicación...

Muchas gracias por leerme. Agradeceré cualquier comentario.